¿Quién dijo que hay que eliminar las grasas para adelgazar? Hay nutricionistas que sostienen precisamente lo contrario. Es decir: no sólo las grasas no son malas cuando se quiere adelgazar (a menos que sean grasas trans), sino que pueden ayudar a hacerlo. Los alimentos altos en grasa cumplen una función fundamental: aceleran el metabolismo y, por tanto, ayudan a perder peso.
La alimentación, para ser una alimentación rica en todo tipo de nutrientes (y todos los nutrientes son necesarios para que el organismo funcione correctamente), debe incluir grasas. Las grasas, además, ayudan a proporcionar sensación de saciedad, lo que nos evita comer en exceso.
Hay estudios, además, que demuestran que las dietas bajas en grasas no son las mejores dietas para perder peso. Lo mejor para perder peso, según dichos estudios, es diseñar una dieta baja en hidratos de carbonos y en las que el 40% de las calorías sean aportadas por las grasas.
Alimentos grasos para adelgazar
Cuando hablamos de ingerir alimentos grasos para adelgazar, ¿de qué alimentos estamos hablando? Fundamentalmente, de alimentos que nos aporten ácidos grasos insaturados y también poliinsaturados. Éstos últimos, por ejemplo, pueden ayudar a reducir la grasa abdominal. Resumiendo: para perder peso ingiriendo grasa debemos ingerir alimentos que nos aporten “grasas buenas”.
¿Qué alimentos son éstos?
- Frutos secos. El que los frutos secos sean alimentos altos en calorías no es impedimento para que las personas que los consumen tengan un Índice de Masa Corporal más bajo que el que tienen aquellas personas que no los consumen. Los expertos sostienen que el ingerir frutos secos incrementa el número de calorías que el cuerpo quema en reposo, al tiempo que aporta una sensación de saciedad que resulta muy positiva. Después de todo, sintiéndonos saciadas no experimentaremos la necesidad de “picar entre horas”.
- Aceite de coco. El aceite de coco es un buen alimento graso para adelgazar. ¿Por qué? Porque incrementa nuestro metabolismo y hace que nuestro cuerpo queme 120 calorías más cada día. Así, cocinar con aceite de coco puede ser una buena medida para adelgazar.
- Aguacate. El aguacate es una de las frutas más valoradas por los nutricionistas. La mezcla de vitaminas, fibras y grasas saludables convierte al aguacate en una fruta muy interesante para introducirla en nuestra dieta. El aguacate puede ser utilizado para sustituir la mantequilla y para desayunar. Medio aguacate puede proporcionar, a la hora del almuerzo, una importante sensación de saciedad.
- Salmón salvaje. Si queremos adelgazar comiendo alimentos grasos debemos comer salmón. Salvaje, preferentemente. El salmón es un alimento rico en las que son las grasas más saludables, las Omega 3. Rico en esta grasa, el salmón es, también, un alimento rico en proteínas.
- Mantequilla ecológica. Al igual que sucede con el salmón, la mantequilla ecológica es también un alimento graso para adelgazar rico en Omega 3. Esta mantequilla, llamada en algunos casos mantequilla de búfalo, se obtiene a partir de animales alimentados de pasto. Utilizada dentro de una dieta baja en calorías, la mantequilla ecológica puede acelerar la pérdida de peso.
- Carne ecológica. El calificativo de ecológico es fundamental para otorgar a una carne una cualidad “adelgazante”. La carne debe formar parte de nuestra dieta si queremos adelgazar comiendo alimentos grasos, pero dicha carne debe pertenecer a animales alimentados con pastos naturales. Sin hormonas. Sin piensos. Así debe ser la carne que debemos incluir en nuestra dieta con grasas para adelgazar.
- Yemas de huevo. Los huevos han tenido durante mucho tiempo muy mala fama. A los huevos se les ha acusado de aumentar el índice de colesterol y de incrementar la probabilidad de contraer enfermedades del corazón. La acusación es, en gran medida, injusta. Las yemas de huevo, por ejemplo, pueden ser buenos alimentos grasos para adelgazar. Al aumentar la sensación de saciedad, las yemas de huevo evitan el hambre y son un buen recurso alimenticio para luchar contra la sobrealimentación.
- Quesos y lácteos. Quesos y lácteos son alimentos ricos en grasas. Pero hay estudios que demuestran cómo entre las personas que han reducido la cantidad de calorías de su dieta con el objetivo de adelgazar, adelgazan más aquéllas que incluyen en su dieta alimentos lácteos que aquéllas que no lo hacen. ¿El motivo? No se conoce con certeza, pero se cree que las sales presentes en el calcio reducen la absorción de la grasa.
Ventajas de los alimentos grasos
Además de para adelgazar, la inclusión de los alimentos grasos en la dieta posee, entre otras, las siguientes ventajas:
- Vuelven los platos más atractivos al paladar.
- Favorecen la absorción de nutrientes como las vitaminas A, D, E y K, así como de los carotenos.
- Permiten dietas menos restrictivas y más flexibles y sostenibles en el tiempo.
La inclusión de alimentos grasos en las comidas permite no sólo adelgazar. Facilita también el hecho de socializar el acto de comer. Comer sin grasas dificulta el acto de comer en casa de un amigo o amiga, el de comer en un restaurante, o el de acudir a algún evento en el que se ofrezca comida. Introduciendo las grasas en nuestra dieta (de una manera saludable) podremos ir a comer a cualquier sitio sin preocuparnos de los platos que allí se servirán.