¿Cuántas veces no hemos oído eso de que comer bocadillos engorda? Pues ahora, frotémonos los ojos, existe una dieta basada precisamente en eso: en comer bocadillos. O, al menos, un bocadillo al día. Eso sí: equilibrando la ingesta de ese bocadillo con el resto de nutrientes que se coman al cabo del día.
Los defensores de la dieta del bocadillo (pues así se llama esta dieta de la que queremos hablaros en este artículo) son, en el fondo, defensores del pan. Concretamente, de la capacidad que tiene el pan para aportarnos hidratos de carbono (un nutriente injustamente tratado por muchos dietistas) y para saciar el apetito, algo que, indudablemente, resulta muy interesante a la hora de diseñar una dieta cuyo objetivo sea regular nuestro peso o, incluso, perderlo.
A la hora de alimentarnos, el bocadillo tiene una ventaja sobre otro tipo de alimentos, y esa ventaja es que es muy versátil. Dicho de otro modo: se pueden comer bocadillos muy diversos y, por tanto, resulta extremadamente fácil regatear la sensación de comer siempre lo mismo. Y es que, qué duda cabe, no es lo mismo un bocadillo de jamón que un bocadillo de tortilla ni uno de calamares que otro de pincho moruno. Eso sí: hay que tener en cuenta, a la hora de seguir la dieta del bocadillo, que no son iguales todos los tipos de pan que se pueden emplear a la hora de elaborar el popular bocata ni son iguales todos los rellenos que se les da a los mismos. Ese bocadillo de pincho moruno del que hemos hablado, por ejemplo, ni tendrá el mismo aporte calórico que un bocadillo vegetal (dicho aporte será, sin duda, mucho mayor) ni resultará tan útil como este segundo a la hora de diseñar una dieta de adelgazamiento.
La dieta del bocadillo no ha nacido porque sí. Es fruto del trabajo de Terica Uriol, nutricionista española que ha conseguido hacerse popular gracias al hecho de ser la nutricionista de cabecera de diversos personajes del mundo de la televisión y el entretenimiento. Hace ya algunos años que Terica Uriol escribió con su colega Ana María Pascual la obra La dieta anti Dukan, un estudio en el que, entre otras cosas, las autoras criticaban la famosa dieta diseñada por el famosos nutricionista francés Pierre Dukan y a la que ya dedicamos un artículo en nuestra web. En esa obra, y a lo largo de su ya larga carrera profesional, Terica Uriol defendía y defiende la importancia que los hidratos de carbono tienen en la dieta. Lejos de demonizarlos como acostumbran a hacer muchos dietistas, Terica Uriol destaca su importancia recalcando el rol fundamental que los carbohidratos desempeñan en la nutrición de dos órganos fundamentales del cuerpo humano como son el cerebro o el corazón. Eso sí: Uriol resalta que no hay que comer hidratos de carbono (ni, por supuesto, pan) así como así, sino que hay que comerlos con cabeza.
¿Qué quiere decir eso de comer hidratos de carbono con cabeza? ¿Qué quiere decir que podemos y debemos comer bocadillos pero que debemos hacerlo con cabeza? Comer bocadillos con cabeza quiere decir, simple y llanamente, que debemos comer pan pero sin combinarlo con grasa. Es decir: podríamos decir que, en gran medida, la dieta del bocadillo se sustenta sobre una ley que nos conmina a elaborar bocadillos en los que la grasa, por decirlo de algún modo, “brille por su ausencia”. En ese sentido, señala la popular dietista, el bocadillo de jamón serrano, una vez se le ha quitado la grasa al jamón, es, por ejemplo, un alimento muy interesante para seguir la dieta del bocadillo. ¿Por qué? Porque consigue, de una manera sencilla, combinar hidratos de carbono y proteína.
Otra buena opción a la hora de elaborar un combinado para la dieta del bocadillo es elaborar, por ejemplo, un bocata a base de anchoas, lechuga, tomate y cebolla. Con un bocadillo de este tipo estamos asegurando una muy sana ingesta de fibra y vitaminas. Para potenciar ese aporte de fibras se recomienda especialmente que el pan que se consuma principalmente al planificar la dieta del bocadillo sea pan integral. Y es que no todos los tipos de pan son iguales. Próximamente dedicaremos un artículo en nuestra web a los diferentes tipos de pan.
Por otro lado, quien desee seguir la dieta del bocadillo debe comprender ante todo que no en todas las comidas del día se debe combinar el pan con otros alimentos y debe asumir también algo a lo que ya hemos hecho referencia en otros artículos destinados a analizar las diferentes dietas. Ese algo es que hay que tener cuidado con el hambre emocional y, especialmente, con lo que se pica entre horas. Y es que con demasiada frecuencia, entre horas, tendemos a echar mano de alimentos ricos en grasas saturadas (los más prototípicos son, sin duda, los productos de bollería industrial), snacks de bolsa y aquellos lácteos que no estén desgrasados. Para suplir a este tipo de productos, la inventora de la dieta del bocadillo aporta un listado de alimentos que pueden consumirse en cualquier momento del día y en cualquier cantidad porque apenas tienen aporte calórico y, por el contrario, son ricos en nutrientes muy útiles para el cuerpo. Estos productos son, en su mayor parte, frutas y verduras, y de entre ellos vamos a citar solo unos cuantos como la lechuga, el tomate, la cebolla, la zanahoria, el pepino, las setas, los champiñones, el apio, los puerros, etc.
Para completar la dieta del bocadillo, Terica Uriol recomienda evitar los zumos de fruta y optar por comer la fruta entera y con la piel, ya que de ese modo se aprovecha mejor la fibra que aquélla nos aporta. Entre las frutas que pueden comerse sin límite, Uriol destaca el melón, la sandía, la naranja, la mandarina, los kiwis, las fresas y los nísperos. Otras frutas muy interesantes para complementar la dieta del bocadillo y que, apunta Uriol, deberíamos comer con piel son la nectarina, el melocotón, la paraguaya, la ciruela, el albaricoque y la pera.
Finalmente, Terica Uriol recomienda comer alimentos de temporada, beber al menos seis vasos de agua al día y, sobre todo, practicar regularmente algún tipo de actividad física.