Lugares no convencionales para celebrar una boda
Los hoteles y restaurantes suelen ser los sitios habitualmente elegidos, pero la búsqueda de una originalidad personal e intransferible y las nuevas corrientes estéticas y costumbristas han hecho que muchas parejas busquen hoy lugares menos convencionales para celebrar su boda.
La consideración de lugares con un significado especial para la pareja como puede ser un museo, una galería de arte, unas bodegas, un club de fútbol o de campo, un parque público o una playa (por citar sólo algunos), se van convirtiendo, poco a poco, en lugares deseables y a tener en cuenta como marco ideal para celebrar una ceremonia de matrimonio.
Como es fácil de comprender, la elección de estos lugares plantea una serie de desafíos. El primero de ellos es el de ajustar el tamaño del local o lugar al número de invitados de la boda. El tamaño de la lista de invitados a una boda debe determinar el lugar a elegir para celebrar la misma. Imagina una pequeña habitación llena hasta rebosar de familiares y amigos que apenas tienen espacio en el que moverse. En el otro extremo, imagina un reducido número de invitados en un lugar grande y amplio. Darían sensación, seguramente, de ser demasiada poca gente.
Aspectos a tener en cuenta para elegir el lugar de la boda
Si preparas tu boda mediante el asesoramiento de un organizador de bodas, él os realizará una entrevista completa para saber vuestras características y conocer vuestras circunstancias. Dicha entrevista acostumbra a girar sobre un número determinado de preguntas más o menos estandarizadas. Tú, si preparas tu boda por tu cuenta, también puedes hacerte las siguientes preguntas para, así, poder escoger el sitio en el que celebrar tu boda con mayores garantías de éxito. Para hacerlo, debes haber hecho antes una pequeña selección basada en tus gustos personales, dejando la lista de opciones reducida a dos o tres nombres.
Teniendo ya esos nombres en vuestra agenda, las preguntas que deberíais haceros al elegir un lugar para una boda son:
- ¿Qué fechas y horas hay disponibles para el mes elegido?
- ¿Cuántas personas (incluyendo camareros y asistentes) puede alojar, de una manera confortable, el lugar?
- ¿Es un lugar seguro?
- ¿Se necesita estar en una lista o mostrar una identificación para entrar?
- ¿Existen baños y áreas de preparación?
- ¿Se cobra una tarifa de alquiler?
- ¿Se ofrece descuento para reservar una fecha fuera de temporada?
- ¿Hay restricciones respecto a la bebida o la comida?
- Los proveedores, ¿son externos o son del mismo lugar en el que piensa celebrarse la boda?
- Si va a ser una ceremonia religiosa, ¿estarán disponibles los elementos religiosos, los atriles, etc.? Por ejemplo: la jipá en la ceremonia matrimonial judía.
- ¿Están programadas otras bodas o eventos en el mismo lugar el mismo día?
- ¿Hay restricciones que impidan la realización de fotografías, la música grabada o en vivo o el uso de ornamentos florales o de cualquier otro tipo?
- ¿Con qué anticipación se puede acceder al espacio en el que va a celebrarse la boda y qué podrán hacer las personas que accedan?
- ¿Hay suficiente aparcamiento?
- ¿Es un parquing propio del lugar o, cuanto menos, autorizado para usuarios del mismo?
- ¿Tienen fácil acceso las personas con movilidad reducida?
- ¿Es un lugar adecuado para tener fotos de la boda tanto antes como después de la ceremonia?
- ¿Qué política tienen respecto a las cancelaciones anticipadas?
Una vez contestadas estas preguntas hay algo que siempre hay que tener en cuenta: siempre es mejor una visita física al lugar donde celebrar una ceremonia nupcial que una visita virtual. Las fotos de los lugares on line pueden resultar engañosas.
La clave final para celebrar una ceremonia matrimonial que, ante todo, sea del agrado de los novios reside en el hecho de que la pareja seleccione una ubicación que refleje el estilo y personalidad de la pareja y que, lógicamente, se ajuste a su presupuesto. Mal que nos pese, el presupuesto manda, y endeudarse en exceso para conseguir lo soñado puede ser contraproducente. Hay que aliviar al futuro matrimonio de todas las cargas y preocupaciones posibles. Y una deuda lo es.
Ajustándoos al presupuesto y, en la medida de lo posible, a vuestro deseo, hay que pensar en los invitados e intentar que el sitio sea fácilmente localizable y de sencillo acceso. Que haya buena luz y no demasiadas escaleras. Que las sillas sean cómodas.
Dependiendo de las circunstancias, es probable que desees consultar con tus padres u otros miembros de la familia para obtener ideas diferentes y otros puntos de vista. Es especialmente importante contar con la opinión de aquellos que, de un modo u otro, contribuyen a financiar la boda. Esto no quiere decir que los novios tengáis que plegaros a sus gustos y manera de ver las cosas. No hay que perder de vista nunca el hecho de que vuestra boda es vuestra boda, y es vuestro gusto el que debe imperar. Pero atender a los consejos siempre es bueno. Abre nuestras perspectivas de miras y enriquece nuestra decisión. Quizás un consejo nos hace ver algo que no habíamos visto y, gracias a él, tenemos una boda de fábula.