El maquillar como todas las artes, es una cuestión de estilo. De pronto alguno de ellos causa furor y parece convertirse en el canon que todos los maquilladores deberían seguir y todas las mujeres deberíamos elegir a la hora de maquillarnos para mostrarnos absolutamente cools. En este artículo vamos a mostrarte las líneas principales que orientan tres de los más importantes estilos de maquillaje que actualmente, y junto al nude, triunfan en las pasarelas y en los photocalls.

Los tres tipos de maquillaje de los que os vamos a hablar en este artículo son los siguientes:

  • El contouring.
  • El baking.
  • El strobing.

Cada uno ha sido, en su momento, el maquillaje de moda. Hoy conviven los tres junto a otros estilos. A continuación vamos a explicaros las características principales de cada uno de ellos.

El contouring

Hay nombres que hacen fortuna. El del maquillaje contouring es uno de ellos. Kim Kardashian lo puso de moda cuando lo hizo evidente en alguna fotografía, pero la práctica de este estilo no era ni muchísimo menos nueva.

De hecho ,los maquilladores venían utilizando el contouring desde hacía tiempo para, gracias a la correcta utilización de brochas, pinceles y colores, modificar la apariencia ósea de la cara.

Bases, sombras de ojos, correctores y polvos de sol sirven para crear relieves y dar fuerza a las facciones. Esa fue una de las necesidades a las que tuvieron que enfrentarse los maquilladores de los años sesenta para reequilibrar y corregir unas tendencias nude que dejaban los rostros un tanto infantilizados.

Con brochas, pinceles y una gama idónea de colores, lo que el maquillador consigue al ejecutar esta técnica es algo así como esculpir el rostro gracias al uso adecuado de las luces y las sombras.

La escultura que se realice con luces y sombras puede consistir, por ejemplo, en afilar una nariz o en alargar una cara utilizando la técnica del claroscuro. Si las facciones son alargadas pueden redondearse aplicando una base en frente y mentón y un suave polvo bronceador en el resto de la cara

Si el rostro que queremos esculpir con nuestros productos cosméticos es rectangular, nada mejor que marcar con una base oscura tanto la parte de la sien como la mandíbula. Si es triangular, marca la parte superior del rostro para darle armonía.

El baking

Otro de los nuevos nombres que ha llegado a hacer fortuna en el mundo de la estética es el de baking maquillaje. ¿Quiere eso decir que es una innovación cosmética sin tradición alguna? Ni mucho menos.

De hecho, lo que hacían los egipcios con su rostro ya tenía mucho de baking. Y también tenían mucho de él las técnicas empleadas por los maquilladores de Hollwood para embellecer los rostros de las actrices de cine negro.

Cuando hablamos de este estilo nos estamos refiriendo a una técnica basada en la aplicación de una generosa capa de polvos translúcidos sobre el maquillaje en las zonas de las líneas de expresión. Con esa capa se consigue una superficie en apariencia lisa, sin poros visibles. Comúnmente, este método se aplica, como un triángulo invertido, en la zona de debajo de los ojos. Con ello se consigue iluminar la cara.

Los expertos aconsejan utilizar este estilo solo sobre pieles jóvenes. En pieles un poco más curtidas, el baking no hará sino resaltar las arrugas marcándolas de una manera más intensa.

Para aplicar esta técnica de maquillaje de una manera correcta hay que seguir los siguientes pasos:

  1. Aplicar una crema prebase. Con esta crema conseguirás que todos los productos que se apliquen posteriormente se adhieran mejor.
  2. Aplicar la base, el corrector de ojeras y el iluminador. Gracias a éste resaltaremos aquellas partes del rostro que más nos interesen.
  3. Utilizar un pincel para aplicar una fina capa de polvos translúcidos sobre la zona en la que queramos disimular arrugas, poros o manchas. Esas zonas pueden ser nariz, pómulos, frente y mentón.
  4. Una vez aplicada esa fina capa y con una esponja ligeramente humedecida con un spray de fijación, aplicar una generosa capa de polvos translúcidos.
  5. Estos polvos, aplicados, deben reposar entre 5 y 10 minutos.
  6. Para corregir el exceso de polvos sueltos y retirar aquéllos que sobren hay que utilizar un pincel que, al mismo tiempo, sirva para unificar el tono general de la cara aplicando polvos compactos que devuelvan pigmento a la piel.

Este estilo, debido a su espesor, no debe emplearse para el día a día, sino para ocasiones especiales. Utilizarlo a diario implica un riesgo que no se debe correr: el de no dejar respirar la piel. Y una piel que no respira puede ser, a la larga, una piel enferma o poco atractiva.

El strobing

Otro maquillaje en tendencia en los últimos tiempos es el strobing. Que se le haya conocido durante un tiempo como el “nuevo contouring” nos dice algo sobre sus objetivos fundamentales: esculpir el rostro y crear dimensión y esplendor, esta vez sirviéndose del uso adecuado y selectivo de diferentes puntos de luz.

La aplicación de iluminadores altamente reflectantes en puntos estratégicos de la cara es la base fundamental de esta técnica. ¿Qué puntos estratégicos son esos? Fundamentalmente, las sienes, la punta de la nariz, la barbilla y la parte alta de los pómulos.

No existe una única manera de poner en práctica el strobing. Pueden usarse para ello tanto polvos como cremas que sean aplicados o aplicadas tanto con los dedos como con pincel o esponja.

Para aplicarlo hay que preparar la piel con una base y un corrector de ojeras antes de aplicar el iluminador en esos puntos que se han señalado y también en el arco de Cupido, el hueso de la ceja y el lacrimal. Lo que se conseguirá con ello serán unas facciones brillantes y luminosas.

Todas aquellas personas que tengan la cara redondeada deberán añadir un toque de luz tanto en la nariz como en la frente como en el mentón. Aplicando esos puntos de luz se conseguirá perfilar un rostro redondeado.