¿Adelgazar comiendo grasas?. Puede parecer un contrasentido pero no lo es. Al menos, no para algunos nutricionistas. Éstos, apoyándose en los más recientes estudios, sostienen que no por mucho eliminar las grasas de nuestra ingesta alimentaria adelgazaremos más.
Para los referidos especialistas en nutrición, la ingesta regular de lípidos es absolutamente necesaria no sólo para conseguir un óptimo estado de salud, sino también para mejorar nuestra línea.
Diversas organizaciones internacionales, entre las que se encuentra la National Obesity Forum (NOF), han asociado el aumento de la obesidad a las viejas recomendaciones nutricionales que abogaban por la drástica reducción del consumo de lípidos en beneficio de la ingesta de productos como el pan, la pasta y los cereales.
Para la NOF, “las dietas bajas en grasa y colesterol promovidas en Reino Unido desde 1983 se han basado en una ciencia imperfecta y han provocado el aumento del consumo de comida basura y carbohidratos”.
¿Por qué? Porque en el cuerpo humano y en nuestras rutinas alimenticias suele producirse un fenómeno de compensación: el espacio dejado por un macronutriente es ocupado por otro. Es decir: al disminuir nuestro consumo de lípidos hemos aumentado el de, por ejemplo, el azúcar. Eso exactamente, señala la NOF, es lo que sucede con los productos light.
La NOF, por tanto, defendería antes para adelgazar una dieta sin hidratos de carbono que una sin lípidos.
En este artículo vamos a hablaros sobre en qué consiste una dieta de grasas y de cuáles son los principios en los que se basan los expertos en nutrición que defienden este tipo de planes de adelgazamiento.
¿Por qué una dieta sin hidratos de carbono?
Directamente asociadas a este fenómeno que acabamos de describir se hayan aquellas dietas para adelgazar que se basan de manera exclusiva en el uso de nutrientes que proporcionen energía rápida, es decir, hidratos de carbono.
Estos planes de adelgazamiento, dicen muchos nutricionistas, suelen fracasar. ¿Por qué? Porque los planes dietéticos basados en el consumo de carbohidratos provocan picos de azúcar en la sangre y en breve espacio de tiempo reclaman la ingesta de nuevos alimentos.
Si no se consumen los hidratos de carbono, si no se gastan a base de ejercicio físico, éstos acaban convirtiéndose en grasa corporal. Y eso, precisamente, es lo que pretendemos evitar al iniciar un régimen dietético.
¿Cuál sería la solución para evitar este fenómeno? Compensar la ingesta de nutrientes, hacerla más variada, no potenciar en exceso el consumo de carbohidratos y, sobre todo, volver a aumentar los niveles de lípidos ingeridos. Éstas deberían aportar el 30% de las calorías diarias y el consumo de cereales debería reducirse al tiempo que se aumenta el de hortalizas y verduras.
Según los nutricionistas que defienden esta postura, los carbohidratos deberían reservarse para aquellos días en que sepamos que vamos a realizar una actividad de carácter más físico. En los días de descanso, el consumo de hidratos de carbono debería ser moderado o casi nulo para evitar que se forme esa grasa de la que hablábamos y que es la que, precisamente, queremos eliminar con nuestra dieta de adelgazamiento.
Beneficios de comer grasas
Estos nuevos nutricionistas no niegan el carácter más calórico de los lípidos, pero sí resaltan cómo desempeñan un papel fundamental en nuestra alimentación. Ciertos ácidos grasos, imprescindibles para el correcto funcionamiento cerebral y para la producción de colágeno, sólo pueden obtenerse a partir de los lípidos ingeridos.
Eso quiere decir que sólo ingiriendo alimentos que las contengan podremos cuidar correctamente de nuestras articulaciones, de nuestra fertilidad y de nuestra cognición. Además, ellas participan activamente en la producción de serotonina. Y gracias a ésta, los seres humanos podemos eliminar nuestro estrés y nuestra ansiedad.
Nuestro cabello, nuestra piel y nuestras uñas también lucirán un mejor aspecto si consumimos lípidos que no si no lo hacemos.
Los nutricionistas que abogan por la reintroducción de las grasas en nuestra alimentación apuestan por éstas como nutriente fundamental para todas aquellas personas que deseen adelgazar. Nada mejor que los lípidos para controlar el apetito.
Como se ha señalado anteriormente, los carbohidratos sacian momentáneamente nuestro apetito pero hacen que, al poco de haberlos consumido, tengamos de nuevo la necesidad de comer. Esto no sucede cuando ingerimos grasas.
Hay que saber elegir, sin embargo, qué tipos de grasas consumir. Hay muchos nutricionistas que, en este sentido, aplauden por ejemplo las propiedades y beneficios del coco, pese a que durante mucho tiempo se haya dicho que aporta grasas saturadas poco saludables.
Los últimos estudios de nutrición apuntan a que este fruto tropical ayuda a elevar el gasto energético y a quemar más calorías, proporciona hidratación y una buena dosis de vitaminas, minerales, antioxidantes.
Finalmente, los defensores de la introducción de mayores niveles de lípidos en la alimentación recalcan que, pese a los estereotipos comúnmente sostenidos hasta la fecha, no existen evidencias científicas de que el consumo de este tipo de nutrientes guarde relación directa con los problemas cardiovasculares.
La dieta keto o cómo adelgazar comiendo grasas
Un modelo de dieta sin hidratos de carbono (o baja en ellos) y alta en lípidos sería la dieta keto o cetogénica. De ella nos hablamos con mayor profundidad en nuestro artículo «La dieta keto: ¿otra dieta milagrosa?». Aquí vamos a hacer un breve resumen de sus características.
Según este famoso plan dietético, solo el 5% de nuestra alimentación diaria deberían ser carbohidratos, las proteínas deberían ocupar el 25% y las grasas, el 70%.
¿Qué se persigue con esta distribución porcentual de nutrientes? Lo que se conoce con el nombre de ketosis.
Cuando ingerimos pocos hidratos de carbono y cantidades de proteínas moderadas, nuestro cuerpo produce ‘cetonas’, unas pequeñas moléculas de energía que son utilizadas por el cuerpo para funcionar.
En una dieta baja en carbohidratos como es la keto, el cuerpo, al no poder coger energía de la glusoas, lo coge de las grasas. Por eso se dice que la dieta keto quema grasa y por eso son bastantes los expertos en nutrición que la recomiendan para perder peso.