
Que siempre defendamos desde aquí el seguimiento de una dieta saludable que, en mayor o menor medida, incorpore en la misma la ingesta de todo tipo de alimentos para, de ese modo, asegurarse el aporte nutricional necesario para nuestro organismo no implica que rechacemos por sistema la opción escogida por muchas personas a la hora de decidir erradicar de su alimentación todo tipo de productos de origen animal.
El optar por una dieta vegana nos parece una opción absolutamente respetable para toda aquella persona que, por principios éticos, considere que el explotar o el utilizar a los animales para que nos sirvan de alimento es algo injusto e inhumano. Eso sí: esa dieta en la que no caben las carnes pero tampoco los huevos o los lácteos debe ser realizada de manera correcta y controlada, con la mínima supervisión de un nutricionista, para que, de ese modo, el cuerpo humano pueda nutrirse con todos los nutrientes que necesita para mantenerse sano.