La clave de un buen cosmético es tener en su formulación ingredientes y activos que, de una forma u otra, tengan capacidad para renovar la piel. Por regla general, la mayor parte de los cosméticos que persiguen este fin lo hacen exfoliando la piel y estimulando la producción de colágeno. Muchos de esos activos e ingredientes derivan de las frutas y de otros elementos naturales. De entre todos los ingredientes y activos que forman parte de la formulación de los productos cosméticos podemos destacar aquellos que podrían englobarse dentro del grupo de lo que se llaman ácidos cosméticos o, dicho de otra manera, ácidos buenos para la piel.
Los ácidos cosméticos, presentes en la formulación de los productos cosméticos, actúan en los dos niveles de la piel, el dérmico y el epidérmico. Cuando los aplicamos en la piel, los ácidos cosméticos o hidroxiácidos estimulan la exfoliación de las células epidérmicas, penetran en la dermis (donde estimulan la producción de mucopolisacáridos como el ácido hialurónico), mejoran la calidad de las fibras de elastina y mejora la densidad del colágeno. Al mismo tiempo, los hidroxiácidos provocan que la piel se vea más hidratada y elástica, disminuyendo en ellas la tendencia a presentar manchas.
Los ácidos cosméticos o hidroxiácidos pueden dividirse en dos grandes grupos: los Alfa-hidroxiácidos o AHA y los Beta-hidroxiácidos o BHA. Veamos ahora las características de cada uno de estos tipos de ácidos cosméticos y en qué frutas y productos naturales pueden encontrarse.
Alfa-hidroxiácidos o AHA
Los alfa-hidroxiácidos o AHA son ácidos carboxilados hidrosolubles que se encuentran de forma natural en muchos alimentos. Dentro de este grupo podemos encontrar los siguientes ácidos cosméticos:
- Ácido cítrico. Éste es uno de los ácidos buenos para la piel más conocidos. El ácido cítrico, que se obtiene, como su nombre permite imaginar, de los frutos cítricos, se utiliza, como los otros AHA, para exfoliar y eliminar las capas más superficiales de la piel. ¿Qué se consigue con ello? Dar más luminosidad a la epidermis y, al mismo tiempo, hidratarla. Combinado con minerales como el aluminio o el citrato de zinc (que son muy astringentes), este ácido cosmético se suele utilizar en productos destinados a regular el exceso de sebo, lo que lo convierte en un ingrediente imprescindible en muchos productos antiacné.
- Ácido glicólico. Si hay un ácido cosmético peeling por excelencia, ése es el ácido glicólico. Este ácido es utilizado como antiarrugas y despigmentante. Como todos los alfa-hidroxiácidos, el ácido glicólico ayuda a mejorar la producción de colágeno y a favorecer la hidratación de la piel. Para incrementar la efectividad de este ácido cosmético hay que utilizarlo durante cortos períodos de tiempo ya que si se utiliza durante un tiempo demasiado prolongado la piel tiende a habituarse a él. El ácido glicólico puede encontrarse de forma natural en la caña de azúcar, en la piña o en la remolacha, aunque el ácido glicólico empleado en la realización de los productos cosméticos se elabora de forma sintética en los laboratorios.
- Ácido láctico. Este ácido cosmético se obtiene de la fermentación bacteriana de la lactosa. El ácido láctico podemos encontrarlo, en cosmética, formando parte de la formulación de cremas, champús, jabones y desmaquillantes. En muchos productos, el ácido láctico no se utiliza tanto como producto exfoliante sino como regulador del PH del cosmético, aunque, al igual que otros AHA, este ácido bueno para la piel tiene acción queratolítica y, penetrando en las capas más internas de la piel, ayuda a mejorar la producción de colágeno y de elastina.
- Ácido málico. El ácido málico, que puede obtenerse de las manzanas o del vino, tiene múltiples utilidades. Utilizado para mejorar la salud bucal gracias a su capacidad para incrementar la producción de saliva y también como conservante en la industria alimentaria, el ácido málico, como todos los AHA, mejora la luminosidad de la piel y da suavidad y firmeza a la misma.
- Ácido mandélico. Con una gran capacidad antiséptica y antimicrobiana, el ácido mandélico es un ácido cosmético muy útil para tratar las pieles inflamadas y para renovar la piel en general. Beneficioso frente al envejecimiento de la piel provocado por la exposición al sol, el ácido mandélico es uno de los ingredientes principales de aquellos cosméticos destinados a tratar las pieles manchadas por el acné y las que padecen melasma.
Beta-hidroxiácidos o BHA
Los beta-hidroxiácidos o BHA son ácidos cosméticos muy parecidos a los AHA, aunque presentan una diferencia radical con aquéllos: los AHA eran hidrosolubles, es decir, se podían disolver en agua; los BHA, no. Los beta-hidroxiácidos son liposolubles. O sea: no se disuelven en agua. Su estructura lipídica hace que penetren en la piel a través de los folículos sebáceos. Las personas que padecen poros dilatados o que sufren acné encuentran en estos ácidos cosméticos una gran ayuda ya que los BHA pueden remover la grasa que está obstruyendo los poros. Este tipo de ácido cosmético produce buenos resultados en las pieles normales y grasas, pues tiende a secarlas un poco.
El ácido más conocido de entre los BHA es el ácido salicílico. Antiguamente se obtenía este ácido cosmético de la corteza del sauce o de árboles de la misma familia. En la actualidad, el ácido salicílico utilizado en cosmética se obtiene, de forma sintética, en los laboratorios. El ácido salicílico tiene la capacidad de penetrar en los folículos y de limpiar los poros en su parte más profunda, lo que lo convierte en un ingrediente capital en muchos productos cosméticos contra el acné.
Otros ácidos cosméticos
Más allá de los ácidos citados, en el mundo de la cosmética y en la formulación de sus productos podemos encontrar otros ácidos buenos para la piel. Entre esos ácidos podemos encontrar los siguientes:
- Ácido ascórbico. A este ácido cosmético se le conoce habitualmente con otro nombre más popular: vitamina C. Su gran capacidad antioxidante convierte a este ácido bueno para la piel en un ingrediente fundamental en muchos cosméticos que tienen como objetivo reparar y renovar la piel dándole mucha luminosidad. El ácido ascórbico, además, bloquea los radicales libres.
- Ácido azelaico. Este ácido cosmético se obtiene de tres cereales (cebada, centeno y trigo) y se utiliza para mejorar las rojeces de la piel, las inflamaciones de la misma, su hiperpigmentación y el acné. El ácido azelaico es uno de los ácidos cosméticos más potentes, lo que no evita que pueda utilizarse para calmar las pieles sensibles cuando se hayan muy inflamadas. En algunos casos, en altas concentraciones, puede provocar irritación.
- Ácido ferúlico. De forma natural podemos encontrar este ácido cosmético en las hojas y semillas como la avena, el arroz y el trigo, y también en cacahuetes, alcachofas, piñas y naranjas. Muy activo frente a los radicales libres, el ácido ferúlico protege las células de la piel y preserva la piel del envejecimiento. Al mismo tiempo, el ácido ferúlico sirve para proteger la piel de los daños de la luz ultravioleta.
- Ácido hialurónico. El ácido hialurónico es, de un tiempo a esta parte, uno de los ácidos estrella del mundo de la cosmética. La función principal de este ácido cosmético es hidratar la piel y aumentar su volumen. Esto, de manera indirecta, sirve para reducir las arrugas y hacerlas menos profundas.
- Ácido kójico. Este ácido cosmético forma parte principalmente de las formulaciones cosméticas destinadas a corregir las manchas marrones y las imperfecciones de la piel derivadas de la aplicación de tratamientos médico-estéticos como pueden ser angiomas, cicatrices, hematomas y rojeces post operatorias.
- Ácido retinoico. Estimulando la producción de colágeno y acelerando la regeneración celular, el ácido retinoico, derivado de la vitamina A, es utilizado como ingrediente y principio activo en aquellos cosméticos que sirven para reducir las líneas de expresión y las manchas de la piel. Este ácido cosmético se utiliza, también, como despigmentante y antioxidante.