Una hortaliza que no puede faltar en la dieta es la zanahoria. Además, y a pesar de lo que tradicionalmente han afirmado muchos nutricionistas, la zanahoria posee múltiples propiedades muy aptas para todas aquellas mujeres que, además de alimentarse correctamente y aportando a su cuerpo todos los nutrientes necesarios para mantener un estado óptimo de salud, quieran perder peso.
La zanahoria es un alimento rico en fibra, y esa fibra, que el cuerpo no digiere, arrastra a otros alimentos en su paso por el sistema digestivo. El hecho de que el cuerpo se esfuerce en digerirlos se transforma en una mayor producción de enzimas digestivas, lo que acelera el metabolismo y permite que el resto de alimentos se digieran mejor.
Otro de los aspectos que convierten a la zanahoria en un alimento muy estimable es el hecho de poseer pocas grasas y calorías y, al mismo tiempo, mucha agua. Todas estas características, combinadas, permiten que el cuerpo queme calorías por el simple hecho de comer zanahorias y, al mismo tiempo, nos permitirán tener la sensación de estar llenos por más tiempo.
El bajo índice glucémico de las zanahorias permite el bajar de peso rápidamente, en especial si el resto de la dieta se basa alimentos con unas características semejantes.
Al mismo tiempo, las zanahorias están llenas de nutrientes (vitaminas A, B, C, E y K, potasio, fósforo, sodio, zinc, hierro, calcio, magnesio y betacaroteno, entre otros) que permiten que el cuerpo funcione correctamente. Eso sí: no creas que por ello se deben convertir en el elemento central de tu dieta. El cuerpo necesita de muchos nutrientes que la zanahoria no aporta.
Beneficios de la zanahoria
El consumo de zanahorias está especialmente indicado para personas que padezcan algunos de los siguientes problemas de salud:
- Enfermedades de la retina.
- Problemas de la piel.
- Gastritis y exceso de acidez.
- Colitis y estreñimiento.
Además, las zanahorias sirven para estimular el apetito, combatir el cansancio mental y, en el caso de las mujeres embarazadas, mejorar la calidad de la leche materna. La zanahoria también puede servir para regular el azúcar en la sangre.
Cómo consumir la zanahoria
Para integrar las zanahorias en la dieta se puede recurrir al uso de la misma en ensaladas, caldos o, incluso, hervidas junto a otras verduras. La zanahoria también puede ser consumida de una manera muy sencilla. Bastaría con lavarla para poder comerla como la comería Bug Bunny.
Otra forma de tomar la zanahoria, muy apropiada, refrescante y sencilla, es en zumo. Para elaborar un zumo de zanahoria hay que elegir zanahorias frescas, duras y de color naranja intenso. Una vez elegidas, hay que lavarlas y pelar la parte externa de la misma.
Una vez lavada la zanahoria, colócala en la licuadora con un poco de agua y añade el zumo de un limón. Para que el zumo de zanahoria quede suficientemente líquido licua la zanahoria durante al menos un minuto. Aún así, pasado ese tiempo deberás colar la mezcla para eliminar todos los trozos duros que puedas encontrar tras licuar las zanahorias y dar la textura ideal al jugo. El zumo de zanahoria no necesita azúcar, pero si se desea endulzar un poco más se puede echar en él un poco de azúcar o una cucharadita de miel.
Si no eres amante del gusto puro de la zanahoria puedes optar por hacer un zumo de zanahoria con manzanas, naranja o apio (muy depurativo) o por un zumo de zanahoria y naranja con batido de melón (muy refrescante y con muchas vitaminas). El primero podrías realizarlo con 5 zanahorias, 6 naranjas, una o dos manzanas, una rama de apio y la ralladura de un limón. El segundo, con 2 zanahorias, 2 naranjas, 2 tajadas de melón y las cucharadas de miel que se consideren oportunas.
Introduce estos zumos en tu dieta. Seguro que te ayudan a tener una mejor salud.