Entre los componentes nutricionales que resultan esenciales para nuestro organismo figuran en lugar preferente los oligoelementos. Ellos participan de manera decisiva en nuestras funciones respiratoria, digestiva, neurovegetativa y muscular.

Los oligoelementos acostumbran a ser metales. Éstos participan en el buen funcionamiento de nuestras células y en múltiples procesos orgánicos. Por ese motivo los oligoelementos deben estar presentes en nuestra alimentación diaria, máxime teniendo en cuenta que nuestro cuerpo no los produce de manera natural y que factores diversos como pueden ser el estrés, los disgustos, las enfermedades o el cansancio actúan continuamente contra la salud de nuestras células.

Llevar una dieta equilibrada que incorpore nutrientes, grasas y oligoelementos en las dosis adecuadas nos permitirá mejorar nuestro sistema inmunitario y, con ello, retrasar el envejecimiento de nuestras células. Para ello es necesario asegurar que aportamos los suficientes oligoelementos a nuestra dieta.

Tipos de oligoelementos

Existen más de 70 tipos esenciales de oligoelementos y todos ellos cumplen una función especial. Entre todos ellos podemos distinguir los siguientes:

  • Aluminio: actúa sobre el sistema nervioso ayudando al trabajo intelectual y aliviando los estados de insomnio, estrés y ansiedad. Hay que tener cuidado, sin embargo, con incorporar demasiado aluminio a la dieta. Hay que pensar que todos los vegetales lo contienen (lo toman de la tierra).
  • Azufre: mejorar las defensas de las vías aéreas superiores para que tengan menos posibilidades de verse afectadas por enfermedades como la otitis, la amigdalitis o la rinofaringitis.
  • Calcio: ayuda en la formación y solidez de huesos y dientes y contribuye a la coagulación de la sangre y a las funciones musculares.
  • Cobalto: ayuda a evitar los cólicos y se asocia con el magnesio y el zinc y el níquel para actuar contra los problemas circulatorios y de hipertensión y los problemas hepato-pancreáticos, respectivamente. Para asegurar la introducción de este oligoelemento en tu dieta deberás comer pescado azul, carne, marisco e hígado.
  • Cobre: facilita la absorción del hierro y actúa como antinflamatorio. Este oligoelemento podemos encontrarlo en alimentos como las nueces, el chocolate, los crustáceos, las ostras y el hígado.
  • Cromo: este oligoelemento ayuda a activar el metabolismo de las grasas y a disminuir las tasas de colesterol en la sangre. Los alimentos más ricos en cromo son la carne, el hígado, las nueces, los cereales integrales y la levadura de cerveza.
  • Flúor: participa en la fijación del calcio en huesos y esmalte dental.
  • >Fósforo: muy útil para mejorar el funcionamiento del sistema nervioso y para disminuir la fatiga intelectual. Este oligoelemento también se usa para mejorar los estados de nerviosismo.
  • Hierro: interviene de manera fundamental en nuestro sistema circulatorio. El hierro forma parte de la hemoglobina y, por tanto, transporta el oxígeno por los glóbulos rojos en la sangre. Podemos distinguir dos tipos de hierro aportados por la alimentación: el hierro hemínico, presente en carne y pescado, y el hierro no hemínico, presente en cereales, fruta, verduras y productos lácteos. El hierro, cuando proviene de fuentes animales, es más fácil de absorber por nuestro organismo que cuando proviene de otro tipo de alimentos.
  • Magnesio: este oligoelemento actúa sobre los sistemas nervioso y circulatorio. Ayuda en ciertos tipos de alergia.
  • Manganeso: modulador del sistema inmunitario, el manganeso puede utilizarse en alergias respiratorias o para hacer frente a los eccemas. El té, el cardamomo, el jengibre, las espinacas, el clavo y el salvado de trigo son algunos de los alimentos ricos en manganeso que puedes consumir para incorporar este oligoelemento a tu dieta.
  • Níquel: interviene en los procesos hepáticos y ayuda al páncreas a funcionar. Entre los alimentos ricos en este oligoelemento podemos encontrar la levadura de cerveza, los cereales integrales y el germen de trigo.
  • Potasio: participa en la regulación de la cantidad de agua en el organismo. El exceso o falta de potasio acaba afectando al ritmo cardíaco.
  • Sodio: junto al oligoelemento anterior, el sodio participa a la repartición del agua en el organismo y favorece las correctas funciones musculares y nerviosas.
  • Yodo: importantísimo en el correcto funcionamiento de la glándula tiroidea. La deficiencia de yodo produce hipotiroidismo, lo que provoca depresión, cansancio, aumento de peso y entre otros síntomas. El hipotiroidismo, por su parte, provoca insomnio, irritabilidad y pérdida de peso. El pescado, las algas, los crustáceos, las judías verdes, la soja y los productos lácteos son alimentos que nos ayudarán a incorporar yodo a nuestro organismo.
  • Zinc: colabora con otros oligoelementos en diferentes funciones de crecimiento, inmunidad y cicatrización de la piel. La carencia de zinc puede provocar un retraso en el crecimiento y algunas anomalías en la madurez sexual. La carencia de este oligoelemento puede provocar también problemas cutáneos y de cicatrización. Entre los alimentos más ricos en zinc encontramos los pescados, los cereales integrales y las carnes.

El consumo de oligoelementos resulta esencial para la síntesis de la hemoglobina y la mioglobina, así como para la formación de glóbulos rojos y del tejido muscular. Los oligoelementos resultan también esenciales en el metabolismo de las vitaminas B, en la síntesis del ADN y en la regulación de la temperatura corporal.

Nuestra alimentación debe asegurar la incorporación de oligoelementos a nuestro organismo. Una alimentación incorrecta puede provocar un déficit de ciertos oligoelementos. Este déficit puede ser debido, también, a factores diversos como el embarazo, el crecimiento, la vejez o al padecimiento de algún tipo de enfermedad.

Una alimentación que no garantice la incorporación de oligoelementos a nuestro organismo debe ser complementada con la ingesta de suplementos que corrijan el déficit de alguno de ellos. Los suplementos de oligoelementos pueden encontrarse en cualquier parafarmacia o en tiendas naturistas, pero en ningún caso aconsejamos el tomarlos sin la supervisión de un nutricionista. La oligoterapia se basa en la utilización de pequeñas cantidades de estos suplementos de oligoelementos para tratar los déficits de los mismos.