Wakame, nori, kombu, hiziki, arame… todos estos nombres se han ido poniendo poco a poco de moda en los círculos relacionados de una forma u otra con la nutrición. Cuando utilizamos cualquiera de esas palabras no hacemos sino nombrar alguno de los muy variados tipos de algas comestibles que, por ejemplo, son parte primordial del recetario de algunas cocinas orientales y, en especial, de la cocina japonesa.
¿Qué son las algas? Por decirlo de algún modo, las algas son verduras acuáticas, plantas que crecen tanto en agua dulce como en agua salada. De entre todas ellas, unas 25.000 especies conocidas aproximadamente, unas cincuenta son comestibles.
Tipos de algas comestibles
Cuando hablamos de algas comestibles, pues, estamos hablando de tipos de algas muy diversos. De entre todos ellos podemos distinguir tres grandes tipos de algas comestibles: las algas pardas, las algas rojas y las algas azules. Veamos cuáles son las principales algas comestibles de cada uno de estos grupos.
Algas pardas
Entre las algas comestibles pardas podemos encontrar:
- Nori. Este tipo de alga comestible se cocina muy fácilmente y que, resultando muy versátil, es muy rica en proteínas y provitamina A. Puede servir para sazonar pastas, sopas y cereales y para preparar aperitivos, sushi y bolas de arroz.
- Kombu. Con un sabor algo dulzón, este tipo del alga comestible aporta yodo y potasio y, entre otras ventajas para la salud, el kombu favorece el control de la tensión sanguínea y agiliza el trabajo intestinal. El kombu se combina muy bien, cocido, con cereales y legumbres.
- Ito Wakame. Este tipo de alga parda, rica en proteínas, magnesio, calcio, yodo, fibra, y fósforo, limpia y fortalece la sangre y se puede utilizar para añadir a sopas, ensaladas, patatas, verduras, arroz, mijo, polenta, avena, sémola, etc.
- Hiziki. Este tipo de alga comestible, muy rica en calcio, hierro y provitamina a, es muy recomendable para madres gestantes y para niños. Combina muy bien con las plantas de raíz como la zanahoria o la remolacha y suele cocinarse salteándola con tofu, seitán o vegetales. El Hiziki también es un alga comestible ideal para ser añadida a las ensaladas.
- Arame. Para cocinar esta alga comestible hay que remojarla entre 8 y 10 minutos. Una vez remojada, puede añadirse a las ensaladas. También se puede saltear con zanahorias, cebolla o tofu. Entre los aportes nutritivos del arame encontramos las vitaminas A, B1 y B2, el calcio, el fósforo, el yodo y otros minerales. Su sabor es suave y delicado.
- Alaria. Este tipo de alga comestible, rico en vitaminas y minerales, es muy utilizado en la cocina oriental para realizar sopas.
Algas rojas
Entre las principales algas comestibles rojas podemos encontrar las siguientes:
- Dulse. Sobre este tipo de alga comestible roja circula una leyenda: la masticaban los guerreros celtas y los vikingos. Muy rica en hierro, contiene también elevadas dosis de proteínas, potasio, yodo, fósforo o magnesio. Unos minutos en remojo bastan para añadirla a las ensaladas. La dulse suele combinarse, también, con cereales cocinados.
- Agar-agar. Muy nutritiva, este tipo de alga comestible contiene calcio, sodio y, en menor proporción, hierro, yodo y fósforo. El agar-agar posee grandes propiedades digestivas: regula el estreñimiento y disuelve el colesterol. Su poder saciante y su bajo aporte calórico hace de este tipo de algas rojas comestibles un tipo de algas muy utilizado en las dietas de adelgazamiento. El agar-agar acostumbra a ser utilizada como como gelatina natural o como espesante de otros platos como pueden ser flanes, mermeladas, compotas, etc.
- Carragaheen o musgo de Irlanda. Muy abundante, sobre todo en las costas atlánticas de Europa y Norteamérica, el carragaheen es un alga roja muy rica en potasio, calcio y carbohidratos complejos. Este tipo de alga roja es utilizado por la industria alimentaria como emulsionante, es decir, como elemento que ayuda a facilitar la mezcla de dos sustancias que son difíciles de mezclar.
Algas azules
De entre todas las algas azules comestibles, la espirulina es la más famosa de todas. A la espirulina ya dedicamos en su momento un artículo en nuestra página (Espirulina: el alga de moda). Remitimos a nuestros lectores a dicho artículo para conocer al detalle las propiedades de este tipo de alga comestible. Rica en proteínas y aminoácidos, la espirulina suele venderse como un complemento alimenticio y en forma de comprimidos.
Ventajas y desventajas de las algas comestibles
Viendo como hemos visto que las algas marinas comestibles son alimentos que, siendo ricos en minerales y vitaminas, podemos considerar que las algas comestibles son alimentos que aportan una serie de nutrientes que no pueden faltar en una alimentación saludable y, por tanto, un alimento a considerar a la hora de diseñar nuestra dieta. Además de sales minerales que pueden servir para proteger nuestra piel, las uñas, el cabello, los huesos o los músculos y un amplio catálogo de vitaminas (A, B1, B12, C y E), las algas comestibles marinas aportan también oligoelementos como el calcio, el cobalto o el flúor. Todos estos nutrientes, en pequeñas cantidades, ayudan a mejorar nuestro metabolismo. Las algas comestibles poseen también antioxidantes que pueden ayudar a protegernos del estrés oxidativo.
Pese a las múltiples virtudes de las algas comestibles para nuestra alimentación, a la hora de ingerirlas hay que tener presentes también algunos factores que pueden acabar por convertirlas en alimentos no demasiado recomendables para determinadas personas. Por ejemplo, y por la riqueza en yodo de las algas, las personas que padecen tiroidismo (esto es, que sufren una intoxicación aguda o crónica por un exceso de secreción de la glándula tiroides) deberían evitar su consumo. De consumir algas comestibles, las personas con tiroidismo deberían hacerlo cociéndolas previamente ya que al cocer las algas éstas pierden gran parte de su contenido en yodo.
Las personas con tirodidismo deben tener también presente que si consumen algas comestibles ricas en yodo deben compensar su ingesta ingiriendo alimentos que posean goitrógenos. Los goitrógenos son sustancias químicas que, entre otras funciones, cumplen la de reducir la absorción de yodo. Para funcionar bien, la tiroides debe absorber una cantidad precisa de yodo. Si no pueden absorberlo por el efecto inhibidor de los goitrógenos, la tiroides debe buscarlo en el riego sanguíneo. Al hacerlo, ese proceso puede derivar en lo que se conoce con el nombre de bocio, una enfermedad de tipo inflamatorio que, provocada por la tumefacción de la glándula tiroides, provoca un aumento del tamaño de la parte anterior e inferior del cuello.
La cocina asiática, conocedora de los efectos perniciosos para la salud tanto del consumo excesivo de yodo como de la imposibilidad de encontrarlo en el alimento ingerido, combina las algas (ricas en yodo) con alimentos que, como el tofu, las judías de soja, la col, el brócoli o la coliflor, son ricas en goitrógenos.
Un último aspecto a tener en cuenta al hablar de la ingesta de algas comestibles es que éstas pueden provocar en algunas personas problemas de carácter digestivo. Hinchazón, náuseas, diarrea o dolores abdominales serían algunos de esos problemas.
Como suele suceder, la incorporación de algas comestibles a nuestra dieta puede mejorar la misma… siempre que se haga con moderación.