No existe buena salud sin una buena circulación sanguínea. El sistema circulatorio es el encargado de suministrar nutrientes y oxígeno a todas las células del cuerpo y también el que se ocupa de eliminar los productos de desecho y las toxinas corporales. Más allá de estas funciones, básicas y capitales para la vida, el sistema circulatorio se ocupa también de sanar las heridas que se puedan producir en el cuerpo y de regular tanto su temperatura como su nivel de pH. Así, una mala circulación sanguínea se traduce, de manera inexorable, en un problema más o menos grave de salud.
Los motivos que pueden provocar que exista una mala circulación sanguínea pueden ser muy variados. Entre ellos podemos destacar los siguientes:
- La genética.
- La edad.
- La falta de ejercicio físico.
- El sedentarismo.
- El seguimiento de una dieta inadecuada.
Todos estos factores, por sí solos o combinados entre ellos, pueden afectar a la circulación sanguínea. Cuando ésta se encuentra afectada, los síntomas pueden ser muy variados. Pueden aparecer venas varicosas, pueden producirse trombosis venosas profundas, pueden padecerse enfermedades cardiovasculares y coágulos sanguíneos, se pueden sufrir episodios de pérdida de memoria o se puede, también, padecer dolores de cabeza y mareos.
Para mejorar la circulación sanguínea es vital, sobre todo, variar la dieta y potenciar en ella la ingesta de alimentos ricos en ácidos Omega 3, así como la de fruta, verdura, frutos secos y semillas. En una dieta orientada a mejorar la circulación sanguínea no pueden faltar, por ejemplo, el apio y las verduras verdes como la espinaca, la col rizada, la rúcula o la lechuga romana.
Tampoco pueden faltar en ella la remolacha, el ajo o pescados como el salmón o el arenque, así como frutas como la uva.
Para potenciar los efectos beneficiosos de la dieta sobre la circulación sanguínea debe combinarse la alimentación responsable con la práctica regular de algún tipo de ejercicio físico.
Complementos básicos
Para ayudar a hacer más patentes los beneficios de dicha combinación de alimentación y deporte sobre nuestro organismo podemos recurrir al uso de complementos alimenticios para mejorar la circulación sanguínea. Este tipo de complementos contienen en su formulación extractos de plantas que favorecen el flujo de la sangre y que hacen que ésta pueda circular correctamente por el sistema circulatorio.
Entre los complementos para mejorar la circulación sanguínea podemos destacar los de vitamina A, B, C, E o K; así como los de calcio, magnesio y selenio. Veamos a continuación qué beneficios aporta cada uno de estos complementos para mejorar la circulación sanguínea.
- Vitamina A. Gracias a las propiedades antioxidantes de la vitamina A, los complementos para mejorar la circulación sanguínea realizados con esta vitamina sirven para prevenir la oxidación de las paredes arteriales.
- Entre los diferentes tipos de vitamina B, es la vitamina B3 o niacina la más utilizada para realizar complementos alimenticios para mejorar la circulación. La vitamina B3 fortalece los vasos sanguíneos y sirve para aumentar el flujo de sangre, al tiempo que previene el endurecimiento de las arterias y favorece la producción de glóbulos rojos.
- Los complementos de vitamina B9 y vitamina B12 también son de gran ayuda a la hora de mejorar la circulación sanguínea, ya que colaboran en la neutralización de la homocisteína, un aminoácido que tiene la facultad de dañar el revestimiento de las arterias y que, por eso, es uno de los mayores factores de riesgo de accidentes vasculares.
- Vitamina C. Es muy conocida la capacidad de esta vitamina para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Lo que no es tan conocido es su propiedad anticoagulante y su capacidad para fortalecer arterias y capilares sanguíneos. Son estas propiedades las que convierten los complementos de vitamina C en un excelente complemento alimenticio para mejorar la circulación sanguínea.
- Vitamina E. Al igual que la vitamina A, también la vitamina E tiene unas marcadas propiedades antioxidantes que ayudan a mejorar el flujo sanguíneo y a favorecer tanto la producción de glóbulos rojos como el transporte de oxígeno a las células.
- Vitamina K. El déficit de vitamina K podría producir hemorragias internas. Por eso es importante plantearse la toma de este tipo de complemento alimenticio. La vitamina K, además, ayuda a prevenir la calcificación arterial, la aparición de venas varicosas y el desarrollo de otro tipo de enfermedades relacionadas de un modo más o menos directo con diversos problemas circulatorios.
- Calcio y magnesio. Es importante que estos dos minerales sean consumidos de manera conjunta en el mismo complemento para mejorar la circulación. ¿Por qué? Porque el magnesio ayuda a asimilar el calcio. Así, si el calcio sirve para prevenir la osteoporosis, el magnesio cumple una importante función a la hora de prevenir la arritmia cardíaca. Eso sí: quien padezca problemas renales deberá consultar con su médico antes de consumir un complemento alimenticio de este tipo.
- Selenio. Reducir la hipertensión protegiendo, de ese modo, el corazón: ésa es la principal función que cumplen los complementos alimenticios de selenio a la hora de mejorar la circulación sanguínea.
Durante mucho tiempo se han recomendado los suplementos alimenticios de Omega 3 para mejorar la circulación sanguínea. Los últimos estudios realizados, sin embargo, parecen no confirmar dichos beneficios.