La piel tiene una determinada elasticidad. Cuando, sometida a una extensión, se fuerzan los límites de dicha elasticidad, las fibras de colágeno que se hallan en las zonas más profundas de la piel se rompen. Dicha rotura hace que aparezcan esas líneas o rayas de color blanco nacarado que conocemos con el nombre de estrías.
Debidas al embarazo, a una pérdida o subida de peso en poco tiempo o a un exceso de cortisol en la sangre, las estrías son uno de los grandes enemigos estéticos de las mujeres.
Podemos encontrar diversos tipos de estrías:
- Las propias de la pubertad, debidas a cambios hormonales.
- Las de distensión, asociadas al cambio brusco de peso (bien sea de aumento, bien de disminución).
- Las atróficas, propias de las deportistas (el aumento de la masa muscular hace que se estiren y rompan las fibras).
- Las de gravidez o del embarazo.
El vientre, los glúteos, los pechos, los muslos y las caderas son las zonas del cuerpo humano más expuestas al riesgo de aparición de las estrías.
Al principio las estrías adoptan una apariencia rojiza. Con el tiempo, la estría adopta ese aire blanquecino tan característico. Llegada a esa fase, la estría es muy difícil de eliminar. Hay que tener en cuenta que esa apariencia blanquecina es debida a la ausencia de circulación sanguínea. Al no existir ésta, no existen fibroblastos, y la curación se vuelve imposible. En este caso, sólo podemos optar por buscar un tratamiento que las disimule y dificulte la multiplicación de éstas.
Un tratamiento que suele utilizarse para disimular las estrías es el que se conoce con el nombre de carboxiterapia. Este tratamiento consiste en realizar pequeñas infiltraciones subcutáneas de Dióxido de Carbono. Este sistema ayuda a mejorar la microcirculación sanguínea, lo que sirve para mejorar la producción de colágeno, la oxigenación de las diferentes capas de la piel y la elasticidad cutánea. La carboxiterapia, además, debilita las células del tejido graso y reduce la celulitis.
Otra de las opciones de medicina estética existente para eliminar las estrías es la biodermogénesis. La biodermogénesis consta de cuatro fases. Durante la primera de ellas se realiza un peeling superficial. La segunda se centra en un tratamiento de electroterapia. La tercera, fundamentada en el uso de un cabezal especial que genera vacío, busca succionar la piel provocando la vasodilatación y, con ella, la estimulación de fibroblastos. Finalmente, un drenaje linfático servirá para eliminar los desechos que se hayan generado al incentivar artificialmente esta actividad celular.
Prevención de las estrías
Más allá del siempre posible recurso de optar por estos u otros tratamientos de carácter más o menos quirúrgicos para disimular la existencia de estrías o anular su presencia, es importante recalcar la importancia de las medidas preventivas.
Para prevenir la aparición de estrías hay que tener cuidado al realizar las dietas de adelgazamiento, evitar las cremas con cortisona, cuidar la alimentación (y sobre todo la hidratación) y utilizar una crema antiestrías de calidad desde una edad temprana.
Las cremas antiestrías realizan una doble acción. Por un lado nutren la epidermis gracias a la presencia de aceites, lípidos y vitaminas en su formulación; y por otro actúan sobre la dermis gracias a sus estimuladores de fibroblastos y a los hidrolizados de colágeno y elastina. Gracias a estos componentes, las cremas antiestrías estimulan la producción de fibras elásticas de la piel, poseen una importante acción anti-inflamatoria y cumplen una función emulsionante e hidratante.
Una buena crema antiestrías debe poseer vitamina C, aceite de oliva, retinoides (excepto cuando la crema deba ser utilizada por una mujer embarazada), mantequilla de coco, silicona, aceite de almendras y ácido glicólico.
Para asegurarse un mayor efecto de la crema antiestrías es conveniente realizar una exfoliación previa de la zona a tratar. Dicha exfoliación permitirá eliminar la capa de queratina y favorecerá la activación de la microcirculación sanguínea.
Una vez realizada dicha exfoliación es conveniente aplicar la crema antiestrías una o dos veces al día. Lo preferible ese usarlas después del baño. Tras el baño, los poros de la piel están más dilatados, favoreciendo de ese modo la absorción de todos los nutrientes existentes en las cremas. Gracias al uso de la crema antiestrías se estimularán los fibroblastos y la síntesis del colágeno. Con ello conseguiremos luchar contra las estrías rojas. Las blancas, como hemos visto, son de más difícil tratamiento.