El azafrán ha sido y es, históricamente, una de las especias más caras. Cultivado desde hace más de 3.000 años (la primera vez que se documentó su existencia fue en siglo VII a. C. por botánicos asirios), el azafrán se obtiene de los estigmas de la flor de Crocus sativus, una planta que apenas alcanza los 15 cm de altura y que, original de Creta y Grecia, se fue expandiendo por toda Eurasia. Para conseguir un kilo de azafrán es necesario recoger unas 150.000 flores a las que se les extraen, a mano, sus delicados y diminutos estigmas. Una tarea tan delicada se traduce, lógicamente, en un precio desorbitante en el mercado: unos 8.000 euros el kilo. Por algo se ha llamado al azafrán el “oro rojo”.
El azafrán ha tenido a lo largo de la historia múltiples utilidades. Se ha usado para elaborar todo tipo de platos y de licores. Se ha utilizado como colorante para tejidos y otros artículos. Ha tenido, también, usos medicinales. Tal variedad de usos habla muy positivamente de las propiedades del azafrán. Una de ellas se ha descubierto recientemente: la de ayudar en la pérdida de peso.
Cualidades saciantes del azafrán
Lo primero que hay que apuntar en el haber del extracto de azafrán como especia que ayuda a perder peso es que es un inhibidor natural del apetito. Gracias al uso del extracto de azafrán consumimos menos cantidades de alimentos y eliminamos los depósitos de grasa ubicados en el vientre.
¿Por qué se producen estos efectos? Porque el extracto de azafrán produce en el cerebro una reacción química similar a los carbohidratos y a los azúcares. Así, el extracto de azafrán estimula la liberación de serotonina, lo que hace que experimentemos una notable sensación de plenitud y satisfacción.
Cuando se habla hambre hay que hablar de dos sensaciones distintas: la del hambre físico y la del hambre emocional. En la regulación del hambre emocional desempeña una función capital la leptina, una hormona que actúa sobre el cerebro provocando en él la sensación de haber comido o de estar saciados. Cuando los niveles de leptina presentes en nuestro organismo son insuficientes o no cumplen como es debido su función es bueno contar con alguna ayuda exterior, con algún elemento que, de alguna manera, pueda suplir el trabajo desarrollado de forma natural por la leptina. En este sentido, el extracto de azafrán es un complemento ideal para cumplir esa función.
El extracto de azafrán sirve para aplacar tanto el hambre física y real como el hambre emocional. Las cualidades saciantes del azafrán servirían para aliviar el hambre física; sus cualidades como estimulante cerebral, el hambre emocional. Gracias a la liberación de serotonina favorecida por el azafrán, nuestro estado emocional adquiere unas condiciones óptimas y evitamos el comer de forma compulsiva.
¿Qué cantidad de extracto de azafrán deberíamos tomar al día para reducir el picoteo entre horas y, así, perder peso o, cuanto menos, no ganarlo? Diversos estudios apuntan a que una suplementación de alrededor de 175 mg de extracto de azafrán al día sería ideal para conseguir esos objetivos.
Para potenciar las cualidades como adelgazante del azafrán es conveniente combinarlo con algún tipo de quemagrasa como puede ser el café verde o la garcinia cambogia, una planta común del sur de la India que ha sido utilizada durante años como especia y que ha adquirido fama en los últimos tiempos como quema-grasas, por lo que ha sido incluido como complemento en muchas dietas de adelgazamiento.
Otra manera de tomar el azafrán y de potenciar sus cualidades como adelgazante es en forma de infusión. Para realizar dicha infusión hay que hervir una cucharadita de azafrán en polvo, una cucharada de cúrcuma y una cucharada de pimienta de cayena en una taza de agua durante cinco minutos. Tras hervirlo, habrá que cubrir la infusión y dejarla refrescar. Una vez haya refrescado habrá que añadir a la misma el zumo de un limón. Esta infusión de azafrán habría que tomarla en ayunas todos los días.
Beneficios del azafrán
Una de las principales ventajas de la ingesta de azafrán es que el azafrán no posee contraindicaciones conocidas. Al mismo tiempo, el azafrán posee una importante serie de beneficios. Entre los beneficios del azafrán destacamos los siguientes:
- El azafrán es rico en vitamina B2 y en muchos carotenoides antioxidantes. Entre ellos destaca la crocina, un antioxidante que sirve para eliminar los radicales libres, responsables máximos del envejecimiento de las células.
- Mejora la digestión y trata dolores digestivos. Los componentes amargos del azafrán aumentan las secreciones salivales y gástricas. Por otro lado, el azafrán posee también crocetina, un componente que se encarga de estimular la producción de bilis y de evitar la aparición de piedras o cálculos en la vesícula.
- El azafrán mejora la visión. Uno de los componentes del azafrán, el safranal, ralentiza el proceso de degeneración de las células receptoras de luz y mejora las funciones tanto de la retina como de los vasos sanguíneos oculares.
- Posee propiedades diuréticas, tónicas, antiespasmódicas, estimulantes y expectorantes.
- Reduce la fiebre gracias a sus propiedades diaforéticas (favorece la sudoración).
- Fortifica el corazón gracias a la crocetina. La crocetina es el pigmento que da al azafrán su tradicional color. La crocetina reduce el colesterol, favorece la nutrición de los capilares sanguíneos y mejora la arteriosclerosis.
- Ayuda a aliviar la fatiga y la inflamación muscular.
- Promueve la sensación de buen humor y felicidad proporcionando al organismo agentes antidepresivos. Hay estudios científicos que comparan el principio activo del extracto de azafrán con la fluoxetina o, lo que es lo mismo, con el Prozac. También se le ha comparado con otro medicamento acostumbrado a tratar la depresión leve o moderado, la Imipramina.
- Estimula la memoria.
- Mejora el proceso de aprendizaje.
- Reducción de los síntomas del síndrome premenstrual como pueden ser los calambres, la fatiga o la irritabilidad que en ocasiones va asociada a la menstruación. El azafrán beneficia el flujo y evita los cólicos uterinos.
El azafrán aporta también al organismo una importante cantidad de minerales. Entre éstos, destacan de manera especial el magnesio, el fósforo y el potasio.