Si hay una fruta que ha gozado desde siempre de la fama de ser muy saludable y beneficiosa para el organismo ésa es la manzana. Y hay que decir que esa fama es muy merecida. Numerosos estudios lo demuestran. Aquí sólo nombraremos uno: el realizado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. Según dicho estudio, basado en un experimento realizado sobre 8.400 personas por un equipo de la Facultd de Enfermería de la Universidad de Michigan, “comer una manzana al día es bueno para nuestro organismo y previene muchas enfermedades”.
Este estudio parece reafirmar todos los argumentos esgrimidos a favor del consumo de la manzana a lo largo de la Historia y apoyar la tesis de todos aquéllos que han considerado a la manzana la fruta de la belleza y la vida eterna.
En este artículo de Mujer de Portada vamos a enunciar los beneficios de la manzana para nuestro organismo y a hacer un listado de las variedades más populares y de las características principales de cada una de ellas.
Beneficios de la manzana
Además de ser una de las frutas que mantienen por más tiempo sus propiedades nutritivas, la manzana posee una larga serie de beneficios para nuestro organismo. Entre ellos podemos destacar los siguientes:
- Posee mucha fibra en comparación con otras frutas como, por ejemplo, el melocotón. Este alto contenido en fibra ayuda a retardar la absorción de carbohidratos, lo que evita los picos de insulina en la sangre y, por tanto, sirve para estabilizar los niveles de azúcar en la sangre. Es por este motivo por lo que la manzana es una fruta muy recomendable para las mujeres que padecen diabetes.
- Posee efecto saciante gracias a la existencia en la pulpa blanca o amarillenta de la pectina, una sustancia que, al llegar al estómago, desencadena una serie de mecanismos que llevan al cerebro la orden de que está lleno, lo que hace que no apetezca comer más. La incorporación de la pectina en nuestra alimentación es de gran utilidad, también, para controlar los niveles de colesterol en la sangre.
- Hidrata nuestro organismo. No en vano, el 80% de la composición de la manzana es agua. La hidratación de nuestro organismo permite mantener la piel más rejuvenecida.
- Es drenante y diurética. Para beneficiarse de esta virtud de la manzana, sin embargo, hay que consumirla con piel, pues es precisamente ahí, en la piel, donde podemos encontrar la pectina y los antioxidantes que sirven para cumplir con esa tarea drenante.
- Protege el corazón. Al disminuir el colesterol malo, la manzana ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Los efectos cardioprotectores de la manzana se hacen especialmente patentes en las mujeres posmenopáusicas.
- Regula el intestino. Comer la manzana con piel facilita el tránsito intestinal. Por el contrario, cuando se come pelada el tránsito intestinal se hace más lento. Comer manzana pelada sirve para luchar contra la diarrea, en especial cuando la manzana toma ese tono oscuro que revela que ha empezado a oxidarse. En ese caso, los taninos que contiene la manzana actúan como antiinflamatorios contra la causa de la diarrea.
- Mejora la memoria al actuar sobre la producción corporal de la acetilcolina, un neurotransmisor relacionado directamente con la función memorística.
- Blanquea los dientes. Los nutrientes presentes en la manzana protegen a la boca del desarrollo de bacterias nocivas. Gracias a esa acción protectora, la manzana puede servir para evitar el padecer gingivitis o caries.
- Aporta muchas vitaminas, en especial las vitaminas A, C y E, así como potasio. Para beneficiarse del aporte vitamínico de la manzana es preciso no pelarla ya que la vitamina C se encuentra, en ella, justo debajo de la piel.
- Ayuda a digerir las grasas que consumimos gracias a su alto contenido en ácidos como el málico y el tartárico. Por este motivo es muy aconsejable ingerir la manzana como postre, después de comer, en especial cuando la comida ha sido especialmente copiosa.
- Tranquiliza. La Asociación Española de Aromaterapia sostiene que el olor de la manzana aporta tranquilidad, por eso el aceite esencial de manzana es muy valorado como relajante.
Tipos de manzanas
En el mundo pueden encontrarse más de 20.000 variedades de manzanas. De esas 20.000 alrededor de 7.500 son marcas comerciales. Tras muchas de esas marcas existe un constante trabajo de investigación que busca nuevas mutaciones para dar lugar a frutas más nutritivas. Presentes en los mercados durante todo el año gracias a las nuevas técnicas de conservación en atmósferas controladas (tradicionalmente se conservaban metidas entre la paja de los graneros), las variedades más comunes que podemos encontrar en nuestros supermercados y fruterías son las siguientes:
- Golden Delicious. Rica en fructosa y con una carne jugosa, la Golden Delicious es una manzana redondeada, amarilla y con un toque algo amargo.
- Granny Smith. Muy ácida, esta variedad de manzana tiene una carne crujiente, un aroma suave y una piel de color verde brillante.
- Reineta. Ésta es una de las manzanas más tradicionales. Con un sabor delicadamente ácido y una piel verde amarronada, la reineta, redondeada y algo achatada, tiene una pulpa especialmente densa.
- Fuji. La forma de esta variedad de manzana es redondeada y su tamaño es especialmente considerable. Con la carne crujiente y dulce, la piel de la manzana Fuji es rosada. Ésta es una manzana muy jugosa.
- Verde Doncella. Dulzona, pero sin llegar a empalagar, la manzana Verde Doncella tiene la piel fina y brillante y la carne blanca y consistente.
- Red Chief. De pulpa blanca, dulce y suave, esta modalidad de manzana destaca por su forma alargada y por su brillante piel de color rojo intenso.
- Roya Gala. Crujiente, fuerte, dulce y jugosa: así es este tipo de manzana que, de forma redondeada, tiene una piel de tonos rojos y anaranjados.
- Starking. La manzana Starking tiene un color rojo carmín intenso y una pulpa firme, dulce y crujiente.
Más allá de que no hay que obviar la posibilidad de consumir manzanas durante todo el año gracias a esas técnicas de conservación de las que hemos hablado y al hecho que se cultive en muchas partes del mundo, hay que resaltar que la mejor época para, en nuestras latitudes, consumir manzanas, es hacerlo en otoño. Es en esta fecha cuando podremos comerlas como fruta de temporada y, por tanto, cuando podamos encontrarlas más sabrosas.
A todas las virtudes de la manzana anteriormente reseñadas habría que sumar una: una manzana se lleva en cualquier lugar y, así, puede servirnos de aperitivo en cualquier momento. Para ello, debemos lavarla antes de salir de casa. Así, la comeremos con piel, con todos sus nutrientes, cuando nos apetezca.