Una de las grandes preguntas que suele hacerse una mujer acostumbrada a consumir suplementos nutricionales es: ¿puedo tomar suplementos alimenticios durante la lactancia? Las madres que deciden amamantar de manera natural a sus bebés suelen preocuparse sobre la calidad de su leche y sobre el tipo de alimentación que debe tomar para que esa leche tenga la calidad adecuada para su bebé. Es ahí, llegada a ese punto, cuando la mujer se plantea si es necesario o no el tomar algún tipo de suplemento que palíe, en cierto modo, las carencias que pueda tener la alimentación a la hora de “generar” una buena leche materna.

Los expertos que han estudiado el tema han recalcado la importancia de incorporar nutrientes suficientes a la dieta de la madre lactante, pero también han relativizado la influencia que la presencia de algunos de ellos en la dieta tiene sobre la calidad final de la leche materna.

Y es que, por ejemplo, la cantidad de calcio, hidratos, hierro y proteínas en la leche materna no varía a pesar de que la madre ingiera poca cantidad de estos nutrientes con su dieta.

La ingesta escasa de otros nutrientes con la dieta, por el contrario, sí afecta a la calidad final de la leche materna y a la presencia de esos nutrientes en la dieta. Las vitaminas solubles al agua, (la C o las del grupo B), por ejemplo, sí estarían menos presentes en la leche, del mismo modo que estarían menos presentes las de las vitaminas A y D.

En algunas ocasiones especiales sí es necesario recurrir a suplementos nutricionales durante la lactancia. Las madres lactantes que sufrieran desnutrición, por ejemplo, deberían complementar su dieta con suplementos de hierro, vitamina C y zinc. Las madres con intolerancia a la lactosa, por su parte, deberían buscar aporte de calcio en alimentos como los boquerones, la carne, las legumbres, los frutos secos, las sardinas o los pescados en general, o, en su caso, en los suplementos de calcio.

Por otro lado, las mujeres vegetarianas deberán, durante la lactancia, suplementar su dieta con suplementos de vitamina B12. No hay que olvidar que la vitamina B12 cumple una tarea capital en la formación de glóbulos rojos en la sangre y en el mantenimiento del sistema nervioso central.

Dieta de la mujer lactante

Lo más importante, sin embargo, en la dieta de la mujer lactante, es que incluya todo tipo de alimentos y en la que figuren los frutos secos, los huevos y las grasas vegetales (el aceite de oliva, por ejemplo). Esa dieta, dicen los expertos, debería aportar a la mujer aproximadamente entre 2.300 y 2.500 calorías al día si se amamanta a un hijo y entre 2.600 y 3.000 si se amamantan gemelos y debería ser suplementada (si así lo indicara el médico) con suplementos de hierro y yodo a bajas dosis. Unos 200mcg/día sería la dosis correcta para, por un lado, ayudar a la mujer a recuperarse tras el parto, y, por otro, aportar dichos minerales a través de la leche al recién nacido. Los suplementos de ácido fólico y vitamina A también estarían muy indicados para mujeres lactantes. Cualquier tipo de suplementos nutricionales para lactantes debería tomarse bajo prescripción médica. La mujer lactante, aconsejan los expertos, debería evitar el consumo de productos de herbolario, plantas medicinales o suplementos no farmacológicos. ¿El motivo? En muchas ocasiones no se conoce la composición y pueden provocar efectos hormonales que acaben afectando a la salud de la madre o del bebé.

En la mujer lactante, y para recuperar cuanto antes la figura perdida tras el embarazo y el parto, existe una tendencia bastante generalizada a realizar dietas un tanto estrictas. Los especialistas desaconsejan dietas de adelgazamiento que aporten menos de esas 1.800 calorías al día de las que hemos hablado. Una dieta inadecuada produce fatiga en la mujer y hace que su volumen de leche disminuya, lo que acaba afectando a la alimentación del bebé.

Los especialistas también aconsejan a la mujer lactante que no consuman alcohol ni tabaco, que la dieta sea de cinco tomas al día (mejor comer poco muchas veces que mucho pocas) y que evitan o reduzcan en la medida de lo posible las bebidas con cafeína.

Siguiendo al pie de la letra estos consejos una mujer no debería tener problemas para “generar” una leche adecuada y nutritiva para su bebé. De hecho, y salvo y casos excepcionales, la composición de la leche de la madre lactante acostumbra a ser óptima para garantizar la nutrición del bebé.