Las culturas orientales lo saben: las especias no sirven sólo para potenciar el sabor de un plato o darle un toque único y distintivo que haga de él un manjar exquisito. Las especias sirven, también, para hacer que una dieta sea más sana y variada. A las especias, después de todo, siempre se le han atribuido propiedades medicinales. Culturas como la hindú, por ejemplo, han destacado desde hace siglos que las especias sirven para estimular el sistema digestivo y paliar los desórdenes que en él se produzcan. La medicina ayurvédica, parte fundamental de la antigua cultura hindú, resalta cómo las especias pueden “calentar” o “enfriar” el aparato digestivo. Las especias, pues, servirían, utilizadas correctamente, para equilibrar dicho aparato. A algunas especias, incluso, se le otorgan a las especias valores antisépticos o antioxidantes.

Estos supuestos beneficios que el uso de las especias en la dieta puede tener para la salud, ¿se sostienen sobre comprobaciones científicas? ¿La ciencia occidental ha confirmado la veracidad de esas benéficas propiedades que la cultura oriental ha atribuido a las especias? Lo cierto es que no. O no, al menos, completamente. Eso no quiere decir que debamos despreciar el uso de las especias y rechazar completamente la posibilidad de que muchos de esos beneficios puedan ser reales. Para empezar, el uso de determinadas especias sirve para disminuir o eliminar el uso de la sal como condimento, lo que siempre redunda en un mejor estado de salud. Además, no son pocas las personas que sostienen que a las poderosas empresas de la industria farmacéutica no les interesa que se conozcan en exceso las virtudes que para la salud puedan tener los productos naturales en general y las especias en particular.

La naturaleza nos ofrece cientos de especias. Aquí vamos a recoger cinco de las más famosas y te vamos a comentar sus virtudes para que valores hasta qué punto te puede resultar de interés el introducirlas o el darles mayor presencia en tu dieta.

Ajo

Siempre se ha dicho que el ajo es un antibiótico. Habitual en muchas recetas de nuestra gastronomía, el ajo ya era usado por los antiguos griegos y en muchos lugares se ha utilizado como un alimento apto para aliviar resfriados e inflamaciones.

Hay estudios que apuntan a las virtudes del ajo para combatir una presión arterial elevada y a disminuir la probabilidad de desarrollar ciertos tipos de cáncer.

Cardamomo

Eliminar toxinas es la principal función que se le reserva a esta especia especialmente fragante en las culturas orientales. En Asia, el cardamomo se ha utilizado fundamentalmente para aliviar malestares del estómago, aunque el Ayurveda, la medicina natural hindú, ha otorgado tradicionalmente a esta especia otras múltiples virtudes y funciones entre las que destacan las carminativas (favorece la expulsión de gases), las diaforéticas (provoca la secreción de sudor) y las diuréticas.

El Ayurveda señala también que el cardamomo es una especia especialmente indicada para ser utilizada en casos de resfriados, bronquitis, asma, tos o pérdida de la voz. El uso del cardamomo para enfrentarse a determinados problemas del aparato respiratorio es algo que, en cierto modo, parece venir respaldado por la industria farmacéutica occidental. No en vano, el principal principio activo del cardamomo, el cineol, que está presente, también, en la familia de los eucaliptus, se ha incorporado en productos farmacéuticos contra la tos.

Popularmente, el cardamomo se usa también para combatir el mal aliento. Por eso muchos hombres y mujeres de la India mascan pastillas de cardamomo. Hay estudios que sostienen que el extracto de cardamomo pose efectos antimicrobianos sobre las bacterias de la zona bucal.

Clavo de olor

Si hay que buscar un origen al clavo de olor hay que hacerlo en Indonesia, en Maluku (o islas Molucas). Conocidas popularmente como las Islas de las Especias, las Molucas fueron en su tiempo ansiado objeto del deseo tanto de españoles como de holandeses, ingleses y portugueses. Todos ellos buscaban lo mismo: el control de las especias que allá se obtenían, algunas de ellas únicas como pueden ser la nuez moscada y el citado clavo de olor.

En la actualidad, el clavo de olor se utiliza como saborizante en alimentos y bebidas. De entre las propiedades de esta especia hay que destacar su gran contenido en antioxidantes y sus beneficiosos efectos sobre la digestión. En China era utilizado por los cortesanos de la dinastía Han para refrescar el aliento antes de hablar con el emperador.

Cúrcuma

Por su parte, servir como antioxidante y analgésico y poseer cualidades sedativas son, entre otras, algunas de las funciones principales que se han atribuido a la cúrcuma, una especia que se cría principalmente en el sur de Asia y que es la responsable de dar al curry su característico tono amarillo.

La cúrcuma, apuntan algunos estudios realizados en la Universidad de Maryland (EEUU), es una especia que puede ser útil a la hora de impedir que las plaquetas de la sangre se agrupen formando coágulos. En esos mismos estudios se apunta que la cúrcuma podría servir para reducir los niveles corporales de dos enzimas que, en el cuerpo, son responsables de la aparición de inflamaciones.

Salvia

Así como la cúrcuma o el cardamomo son plantas que encuentran su hábitat natural en Oriente, la salvia, una hierba de la misma familia que la lavanda y el romero, es nativa de la zona mediterránea.

La salvia es, principalmente, una planta con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Al mismo tiempo, y gracias a su alto contenido de vitamina K, esta hierba (que puede agregarse a todo tipo de sopas y guisos de carne asada) ayuda a la coagulación sanguínea y contribuye al mantenimiento del tejido óseo y de otros tejidos corporales.

La salvia, por otro lado, es utilizada por la industria farmacéutica para fabricar jabones y aceites corporales.