¿Qué es lo que habitualmente llevas cuando sales a correr, aparte de la ropa deportiva? ¿El móvil? ¿Las llaves de casa? ¿Un reproductor musical? Pues si deseas combinar tu práctica de running con una actitud verdaderamente ecológica y preocupada por el medio ambiente y por su equilibrio y mantenimiento, llévate también, junto a todo lo indicado, una bolsa de basura. ¿Para qué? Para ir recogiendo, mientras corres, todos aquellos desperdicios que te encuentras en el camino.

Esta práctica, que recibe el nombre de plogging, se ha impulsado en Estocolmo, la capital sueca, y está ganando adeptos poco a poco en toda Europa y en Estados Unidos. El nombre de plogging proviene de la contracción de dos palabras. Una de ellas es una expresión sueca, ‘plocka upp’, que significa recoger. La otra es running.

Las personas que practican plogging, que reciben el nombre de ploggers, aseguran que esta nueva modalidad deportiva que combina el hecho de correr con el de realizar sentadillas cada vez que la plogger de turno recoge un desperdicio, permite quemar unas 300 Kcal en media hora. También aseguran que, lamentablemente, el plogging puede practicarse en cualquier lugar. Y es que, por desgracia, no hace falta desplazarse demasiado para encontrar desperdicios y basura en nuestras calles. Todas ellas, en mayor o menor medida y debido a la falta de conciencia cívica y medioambiental de amplias capas de la población, están salpicadas de desperdicio. La combinación de la práctica deportiva con la del reciclaje es, pues, la base sobre la que se sustenta el plogging.

Si tuviéramos que señalar a una persona como creadora del plogging deberíamos hacerlo con Erik Ahlström. Recién llegado a la capital sueca, Ahlström pensó que, ante la presencia en sus calles de muchos desperdicios, recogerlos mientras practicaba running sería, sin duda, una buena de manera de conseguir dos objetivos. El primero, fundamental, el de practicar deporte y, por tanto, velar por la propia salud corporal. El segundo, no hace falta decirlo, mejorar el entorno medioambiental de las ciudades.

Ahlström, que inició la práctica del plogging de una manera individual y como un acto exclusivamente personal, no tardó en darse cuenta de que su ejemplo se iba propangando poco a poco y de que cada vez eran más los y las ploggers que se unían a él en su particular combinación de prácticas deportiva y ecologista. Tanto se ha extendido, de hecho, el fenómeno del plogging, que en Ibiza se celebró el llamado Plogging Tour, un evento en el que llegaron a juntarse nada más y nada menos que 1.500 ploggers con el objetivo de dar resonancia a la práctica de plogging y conseguir más adeptos a él. En la actualidad, se calcula que son más de 100 los países que se han unido a la iniciativa original de Erik Ahlström y que están haciendo del plogging una bandera de cómo puede practicarse deporte y, al mismo tiempo, velar por la salud del planeta.

Beneficios del plogging

Entre los beneficios que los ploggers atribuyen a la práctica del plogging figuran las siguientes:

  • Permite, tal y como se ha indicado anteriormente, incrementar la quema de calorías que caracteriza a la práctica del running.
  • Al incluir sentadillas, el plogging permite ejercitar la movilidad y el equilibrio, previene lesiones, ayuda a eliminar residuos tóxicos del cuerpo, fortalece las articulaciones, incrementa la resistencia, favorece la flexibilidad y aumenta la fuerza de los músculos de las piernas.
  • Es una actividad que puede realizar, prácticamente, todo tipo de personas, independientemente de su edad y condición física. En este sentido, dependerá de cada persona escoger el ritmo, la intensidad y, por supuesto, la dificultad de la ruta elegida.
  • Aporta todos los beneficios tradicionales de la práctica del running, es decir: mejora el sistema cardiorrespiratorio, fortalece los huesos, regenera la masa muscular, combate la celulitis, favorece el descanso, ayuda a combatir la ansiedad y el estrés, aumenta la autoestima y, lógicamente, ayuda a regular el peso.

Por otro lado, la práctica del plogging en grupo implica que, de alguna manera, se despierte en quienes participan en una sesión que se recomienda que sea de entre 8 y 10 km un cierto espíritu competitivo que, al mismo tiempo que ayuda a aumentar la cantidad de desperdicios recogidos, incrementa los resultados deportivos obtenidos de la práctica de esta modalidad de running.

Los practicantes del plogging comparten redes sociales y es en esas redes donde colocan imágenes ilustrativas de su actividad. En ellas pueden contemplarse a personas que, mientras practican running, recogen colillas, plásticos, envases, chicles y todo tipo de desperdicios. En la página web originaria de este movimiento en defensa del plogging, se asegura que son ya más de 20.000 personas las que cada día, en algún lugar del planeta, salen a recoger basura mientras corren por las calles de su ciudad.