El fitness es un instrumento fundamental para mantenernos en forma y conseguir que nuestro cuerpo muestre su mejor imagen. Pero el fitness requiere, como todo tipo de ejercicio o de entrenamiento físico, un esfuerzo. O muchos esfuerzos. Dedicar tiempo al entrenamiento supone restar tiempo a un tipo de ocio más descansado. Por eso no es fácil marcarse una rutina ni es fácil, sobre todo, seguirla. Porque la tentación de abandonar el esfuerzo siempre está ahí y vencerla no es fácil. Para conseguirlo hay que buscar estímulos y el mejor estímulo será siempre el de la obtención de resultados, el de constatar que todo ese esfuerzo y todo ese sudor que siempre va asociado a todo entrenamiento se refleja positivamente en un cuerpo más esbelto y que se siente mejor consigo mismo. Para conseguir esos resultados es fundamental obtener el máximo rendimiento a cada sesión de entrenamiento y para ello nada más importante que preparar el entrenamiento de manera adecuada.
Así, la rutina del entrenamiento es muy importante, pero también lo es el establecimiento de una rutina antes del mismo para conseguir que éste dé sus máximos resultados. Dicho establecimiento de rutinas puede consistir, por ejemplo, en ajustar el horario de la ingesta de alimentos para, de ese modo, conseguir que, a la hora de realizar el ejercicio físico, sudemos más.
Vamos a proponer cinco medidas que servirán para preparar el entrenamiento y, así, obtener de él más y mejores resultados.
Comer antes de entrenar
¿Qué debe comerse antes de entrenar? Para preparar el entrenamiento adecuadamente hay que realizar una comida rica en hidratos de carbono y proteínas dos o tres horas antes de entrenar. Este tipo de alimentación permitirá aumentar las reservas de glucógeno, que dotará al cuerpo de la energía necesaria para realizar los ejercicios físicos, sobre todo cuando éstos consistan en pruebas o disciplinas de resistencia.
¿Qué alimentos deberían ingerirse para preparar un entrenamiento físico? Huevos pasados por agua o tortilla a la francesa, por ejemplo. O verdura fresca o rehogada. O puré de patata. También es buena idea incluir en la ingesta de alimentos previa al entrenamiento fruta fresca, una pequeña cantidad de nueces o compota.
Hidratarse convenientemente
Para preparar el entrenamiento es necesario proveer al cuerpo de la cantidad necesaria de líquidos para que éste pueda dar su mejor rendimiento. La recomendación más extendida es la que apunta al consumo de unos 500 ml de bebida isotónica durante la hora previa al inicio del ejercicio. En un entorno en el que la combinación entre temperatura y humedad provoca una mayor sudoración es necesario incrementar la dosis de bebida isotónica hasta los 700 ml.
La hidratación, que no debería faltar nunca en la vida diaria de cualquier mujer, se vuelve extremadamente importante cuando hay que preparar un entrenamiento físico.
Consume suplementos nutritivos
A la hora de preparar un entrenamiento hay que valorar y contar con la ayuda inestimable que pueden prestarnos los suplementos nutritivos. A la hora de elegir estos suplementos, sin embargo, hay que tener presente el tipo de entrenamiento que va a realizarse. Un suplemento con cafeína, por ejemplo, puede servir para retrasar la aparición del cansancio. Uno con L-Carnitina, por su parte, debe servir para favorecer la pérdida de grasa.
Planifica la sesión
Preparar un entrenamiento implica tener claro lo que va a realizarse durante el entrenamiento. No podemos ir a entrenar sin saber qué vamos a hacer. La planificación es, en este aspecto, fundamental para que el entrenamiento de los máximos frutos posibles. La improvisación es mala compañera de quien entrena.
Tanto si es guiada por un profesional como si realizas tu propio plan gracias al uso de aplicaciones diseñadas a tal fin o a la aplicación de los conocimientos que hayas adquirido previamente sobre qué tipo de ejercicios realizar para conseguir los beneficios deseados, prepara el entrenamiento planificando cada sesión y ajustando tu entrenamiento a dicho plan.
Prepara una lista de música
Escoger una serie de canciones que nos acompañen mientras realizamos ejercicio físico puede parecer algo prescindible a la hora de preparar un entrenamiento fitness, pero no lo es tanto. Una canción con un ritmo adecuado puede estimularnos a la hora de realizar un ejercicio. Hay estudios al respecto. El deportista que escucha canciones con un ritmo rápido trabaja más duro que aquél que escucha música más calmada o que el que, directamente, no escucha ningún tipo de música.
Ten en cuenta todos estos factores a la hora de preparar un entrenamiento fitness.