Probablemente has oído en más de una ocasión que las herramientas de calor no son demasiado aconsejables si lo que deseamos es velar por la salud de nuestro cabello. No en vano, el calor excesivo deshidrata el cabello y lo vuelve áspero y quebradizo. Y ése, precisamente, es el argumento que suele utilizarse contra el uso de las planchas de pelo, una de las herramientas de calor para el arreglo del pelo más presentes en las casas.

El que puedan resultar peligrosas para la salud capilar no impide, sin embargo, que seamos muchas las mujeres que, con mayor o menor regularidad, utilizamos la plancha de pelo para dar forma a nuestro peinado. Alisar el cabello, crear bucles, dar un cierto movimiento al peinado… eso es lo que buscamos las mujeres cuando echamos mano de la plancha de pelo. Eso sí: si deseamos utilizarla de una manera adecuada para, de ese modo, no dañar nuestro cabello, debemos tener en cuenta una serie de factores de los que vamos a hablar en este artículo.

El primer consejo a tener en cuenta cuando deseamos utilizar una plancha de pelo es que el cabello, al utilizar la plancha, debe estar completamente seco. Si tenemos el cabello húmedo, éste acumulará más calor cuando utilicemos la plancha y eso, lógicamente, resultará nocivo para nuestra salud capilar.

Una buena manera de reducir en la medida de los posible esos efectos nocivos derivados del calor que proporciona al cabello la plancha de pelo es utilizar un protector térmico. Además, el protector térmico capilar no solo protegerá a nuestro cabello del calor. También hará que permanezca liso por más tiempo, al tiempo que ayudará a mantener el tono del cabello, en especial de los cabellos teñidos.

Temperatura y tamaño

Para reducir también el calor que la plancha de pelo aplique a éste debemos saber qué temperatura debemos utilizar para alisar o dar un efecto determinado a nuestro cabello con la plancha. La temperatura a seleccionar dependerá, fundamentalmente, del tipo de cabello que tengamos. Si tenemos el cabello fino, la plancha de pelo debe proporcionar una temperatura que oscile entre los 150 y los 180º. El cabello normal, por su parte, permitirá el uso de temperaturas que estén entre los 180 y los 210º. Esta última sería la temperatura máxima a aplicar y solamente sería aplicable en aquellos casos en los que el cabello a tratar con la plancha de pelo es un cabello grueso.

Estas temperaturas son solo orientativas. Después de todo, no es lo mismo un cabello hidratado que un cabello que no lo está. Así, por ejemplo, un cabello que no esté hidratado, por grueso que sea, no podrá recibir una dosis de calor de 210º.

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de usar la plancha de pelo es el tamaño de plancha que vamos a utilizar. Esto, lógicamente, dependerá también de cómo sea el pelo. Las normas básicas a la hora de seleccionar la plancha serían las siguientes:

  • Cabello corto y con flecos: plancha de ½”
  • Cabello corto y delgado: plancha de 1”
  • Cabello algo grueso y que llega hasta los hombros: plancha de 1 ¼”
  • Cabello grueso y que rebasa el hombro: plancha de 1 ½”
  • Cabello muy grueso y muy largo: plancha de 2”

Uso de la plancha de pelo

Una vez seleccionado el tipo de plancha de pelo que vamos a utilizar y la temperatura adecuada para nuestro cabello (lo mejor, en estos casos, es recurrir siempre a una marca de prestigio), debemos saber cómo planchar el pelo para que, al hacerlo, éste sufra lo menos posible. Si hay algo que lo daña es el hecho de pasar la plancha varias veces por el mismo mechón. Para evitar eso, hay que pasar la plancha solo cuando sea necesario. La mejor manera de aplicar la plancha de pelo es empezar desde la nuca y, a partir de ahí, realizar particiones de la melena para, de ese modo, ir tomando secciones de la misma que no resulten demasiado gruesas.

Otro consejo a tener en cuenta a la hora de pasar la plancha de pelo tiene que ver con el ritmo con el que ésta se pasa por el cabello. El ritmo adecuado es un ritmo intermedio. Ni tan rápido que apenas sirva para planchar el pelo ni tan lento que corramos el riesgo de quemarlo. Para ello, es imprescindible, también, evitar que el pelo presente nudos. Si se forma un nudo en un mechón, el tiempo necesario para planchar ese mechón será mayor que si el nudo no existiera.

Para terminar con este listado de consejos a tener en cuenta cuando se utilice la plancha de pelo, daremos una última recomendación que tiene que ver con la frecuencia de uso la plancha. La plancha de pelo, como todo instrumento de calor, no es un instrumento que deba utilizarse cada día. El planchado no puede realizarse a diario. Si lo hacemos, por mucho que intentemos proteger nuestro cabello acabaremos dañándolo.